Entre ellos, el agua es también un bien en peligro. Se calcula que la mitad de la población mundial vive con escasez de agua al menos un mes al año y que 2.200 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua potable gestionada de forma segura.
El agua es esencial no solo para la salud, sino también para reducir la pobreza, garantizar una alimentación sana, los derechos básicos y el buen funcionamiento de todo el ecosistema.
La Agenda 2030 supera la dicotomía entre el acceso y la calidad de servicios como la salud y el agua porque ambas dimensiones son indispensables y califican los derechos individuales y comunitarios.
La Agenda 2030 aborda estas cuestiones a través del Objetivo 3 y el Objetivo 6.