Para garantizar la sostenibilidad de nuestros proyectos, trabajamos según el principio de asociación y promoción del potencial existente en los países en los que operamos. Hemos elegido trabajar en diferentes sectores porque la "brújula" que nos guía siempre apunta a las necesidades de las personas y nuestras respuestas varían según los contextos de intervención, las necesidades, prioridades y urgencias de los beneficiarios pues somos un instrumento de cambio al servicio de los países, las comunidades y las personas.
- Trabajo en equipo.
El CISP es ante todo las personas que trabajan en él, que hablan, piensan y sueñan en al menos 15 idiomas, practican diferentes religiones, se inspiran en diversas culturas y representaciones del mundo, constituyendo un pequeño segmento de la humanidad unido por valores y objetivos comunes.
- Preparación y análisis. Somos profesionales firmemente motivados y comprometidos con el despliegue de nuestros conocimientos y experiencia. Por ello, invertimos en el crecimiento de nuestro personal y reforzamos la red interna de competencias. Para que nuestra acción sea más eficaz, profundizamos y actualizamos nuestras metodologías de intervención y evaluación para comprender la evolución y las complejidades de los contextos. También analizamos nuestras actividades no sólo para hacer visible nuestro trabajo a los contribuyentes, las instituciones y la sociedad civil, sino sobre todo para aprender lecciones prácticas y mejorar la calidad de futuras intervenciones.
- Aprovechar al máximo los recursos humanos locales. La decisión de centrarse en maximizar el uso de los recursos técnicos, profesionales y materiales locales es un principio vinculante de nuestro Código de Conducta para los programas de cooperación internacional. Desarrollamos oportunidades de crecimiento de los activos/potenciales humanos profesionales de los países en los que trabajamos, siendo la formación un eje estratégico del CISP a lo largo de los años para fortalecer el liderazgo local ampliando sus habilidades y capacidades de gestión. Apoyamos a la población local fomentando el empleo y el desarrollo de habilidades a través de programas de formación y proporcionando oportunidades para el desarrollo del liderazgo y el compromiso cívico que permitan a las personas realizar cambios reales y duraderos que mejoren sus vidas y su bienestar.
- Promovemos el diálogo y la confrontación.
En un momento en que el mundo está cada vez más dividido, queremos reforzar los canales de solidaridad e integración, empezando por nuestras propias oficinas, donde las personas y las comunidades, a menudo divididas por el conflicto, trabajan juntas por los mismos fines. Estimulamos el diálogo y el compromiso entre los diferentes actores de las comunidades locales para que puedan construir vías de desarrollo comunes e inclusivas que aborden los problemas locales.
- De las buenas prácticas a las buenas políticas.
Los proyectos del CISP se han concebido no sólo para responder a las prioridades y resolver las preocupaciones más acuciantes, sino también para ser herramientas que permitan identificar, formular o consolidar estrategias geopolíticas específicas que se promuevan entre los responsables políticos. Estos objetivos son interdependientes, ya que el éxito de un proyecto a la hora de inspirar o reforzar las políticas depende de su impacto y de la eficacia de quienes participan en su ejecución.
- Evaluación y seguimiento.
La rendición de cuentas de nuestras acciones y resultados es un compromiso profundamente arraigado en nuestra historia como asociación transparente, una obligación en la que invertimos recursos y energía; nuestros proyectos se evalúan escrupulosamente y todos nuestros informes son públicos.